Motivos para enfadarse sobran, empezando el año 2012 con una reforma laboral en ciermes, con recortes en lo social, pero también con respuestas organizadas en la calle, aquí y allá. También son tiempos de recordar que el nuevo gobierno está regalando por un lado dinero a la Iglesia a espuertas y por otro a las grandes eléctricas con su propuesta