Hay bandas (pocas) que como Cracker tienen la virtud de mirar el panorama desde fuera y esa facultad, es quizás la que evita que terminen homogeneizando su sonido y acaben convirtiéndose en un agente intercambiable de las raíces más previsibles. En su caso, y a pesar de tantos años, pequeños giros e intentos han marcado su voluntad transgresora, en apariencia
