Si las hubiera, pintaría como un recorrido a pie de acera, de abajo arriba y del cerro a la orilla. En el barrio se apilan sucesos y recuerdos por acumulación aleatoria y a veces no es parte de un todo mejor sino el borrón de la ciudad. O la urbe desplazada e invertida. Pese a la cosa, alertaba el sociólogo Virgilio Tempero sobre la subversión forastera del espacio y de sus pobladores. Más allá de la romanización comercial e inmobiliaria, está el atentado romántico de los acoplados a la vida periférica que someten y cosifican el barrio hasta alterar su «fisicidad» y convertirlo a su imagen y semejanza. Es una auténtica invasión de los ultracuerpos, que transforma la geografía y aprovechando las limitaciones y el silencio de lo «uriginarios», asienta una red mallada de Historia, anécdotas y demandas que ocupan los registros, las ágoras y las esquinas para terminar suplantando la vida oral. El agua dentro de la casa, se achica mejor con las canciones de Joe Vasconcellos (La Gloria de Chile), Los Aguas Aguas + Michael Brian «Baby Flow» + King Patua (Santeria Virgilio), Raúl Paz (Mi barrio), Mangu + Johnny Pacheco (Calle Luna Calle Sol), Santo Barrio (San Pauli), Calle 13 + Rubén Blades + La Chilinga (La Perla), Sargento García (El asalto), Lalo Guerrero (Barrio Viejo) y Habana Abierta (Cuando salí de La Habana).
Para leer una breve referencia sobre Chávez Ravine.
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