Es realmente en la década de los 70 cuando Keith Jarrett comienza a dar forma a su universo musical y a publicar sus primeras obras maestras. Y no lo tuvo fácil. Compañías importantes como Atlantic, Columbia, e incluso el mítico sello Impulse!, mostraron interés pero también mucha desconfianza. Por fortuna nuestro amigo Keith conoció al gran Manfred Eicher, capo del también mítico sello ECM, y ahí se quedó. Gracias al muniqués por fin lograría la esperada libertad artística, en las mejores condiciones y hasta el éxito comercial. Abajo tienen al Manfredo templándole el Steinway al Keith, una asociación y amistad que aún perdura medio siglo después.
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