Antes que un homenaje al uso, lo que ha hecho Shooter Jennings con Giorgio Moroder y George Jones es una «colaboración», no tanto el empeño en tributar como el de cohabitar, compartir recuerdos y traerlos de vuelta con su visión musical, tan abierta y horizontal. No será Jones el cantante country más guapo y arriesgado, ni Moroder el compositor electrónico más hondo y sofisticado, al menos, como hoy parece que se sobreentienden estos apelativos pero ambos, han estado presentes en la vida de Jennings, ya sea desde la amistad familiar o desde la fantasía infantil y ambos, han dejado su huella estética o sentimental.
Con la contribución de camaradas como Katy Cole, Ted Russell Kamp, Brandi Carlile, Steve Young o Marilyn Manson, Shooter Jennings publicó en su sello Black Country Rock el EP Don´t Wait Up (for George), editado en 2014 (suenan aquí Don´t Wait Up (I´m playn´Possum), She Thinks I still Care, The Door y If drinkin´don´t kill me) y el LP Countach (for Giorgio) editado en 2016 (suenan aquí I´m left, You´re right, She´s gone, The Neverending Story, Loading…/Countach, Cat People (Putting aout fire) y Born to Die). Ambas grabaciones, antes o despues, traen causa o han coincidido con la desaparición de personas que, de una u otra forma, fueron clave en la carrera de Jennings, ya sea el mismo George Jones, el citado Young, el locutor radiofónico Jon Hensley (en la foto con Jennings) y David Bowie, pero los hechos fatídicos, no deben restar atención a la celebración neo-country y sintética. Una oda giorgiana inspirada en el molde Honky Tonk de Jones y en el canon bailable y multicolor de Moroder.
Puedes encontrar mucho más sobre Moroder en el repaso estelar que en su día se hizo en el programa Electrokrazia.
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